A una sirena
Ven a la orilla,
pequeña,
Ven a la orilla del
mar,
No te olvides, sirena,
Que no sé nadar
En las aguas del
mar.
Y cuando vengas,
no me des un
beso,
Que me puedo enamorar.
Ven a mi lado, sirena,
A este lado del mar.
A otra sirena
Las
estrellas te deben saludar
cuando paseas de noche
a la luz de la
luna sin maquillar.
Y si estuvieras
en mi mar,
las olas en
calma se acercarían
para poderte abrazar.
Si
te viera por la playa pasear
y
yo fuera Neptuno
te
intentaría ligar o pescar.