martes, 12 de marzo de 2013

Sirenas del Mediterráneo

A una sirena

Ven a la orilla, pequeña,
Ven a la orilla del mar,
No te olvides, sirena,
Que no sé nadar
En las aguas del mar.
Y cuando vengas,
no me des un beso,
Que me puedo enamorar.
Ven a mi lado, sirena,
A este lado del mar.

A otra sirena

Las estrellas te deben saludar
cuando paseas de noche
a la luz de la luna sin maquillar.

Y si estuvieras en mi mar,
las olas en calma se acercarían
para poderte abrazar.

Si te viera por la playa pasear
y yo fuera Neptuno
te intentaría ligar o pescar.

Me persiguen los versos

Me persiguen los versos llenos de aliento,
Cargados de tinta sinuosa y loco amor,
Como flechas sin rumbo,
En busca de su enamorada Afrodita.

Mi reina, amor, sexo y diosa del rock,
Dame un beso para seguir escribiendo,
Para seguir mojando la pluma,
Esculpiendo tu cuerpo de rico amor.

Incauta desflorada


Lágrimas y semen en una noche aciaga.
Una manceba enamorada
con las pupilas dilatadas se hallaba,
tras haber sido del virgo despojada.

Manchada de rico amor,
como una loca al maromo buscaba,
que le arrebató la flor.

Suspiraba contenta y desflorada.
Pobre moza incauta,
por querer tocar una flauta.
Ya sabía lo que era ser follada.

A Príapo travieso

Con qué ímpetu arremetes, Príapo.
¡Cómo te vanaglorias de ser especial,
hijo del dios de las bacanales
y de la de hermosas carnes.
¡Cómo osas entrar en lecho ajeno
sin ser formalmente invitado!
Acompañado de musas,
a las que robas besos y sus gracias.
Sátiros, faunos y silenos
gozan de libre albedrío
en bosques propios o extraños,
yaciendo con tu permiso
y esparciendo polvos mágicos.

El tiempo se escapa corriendo. El gorrión

Dale fuerte, compañero.
el tiempo no se puede frenar.
Deja al gorrión volar
sobre un nido de terciopelo.

Ponle un chubasquero,
puede un catarro pillar
por quererse bañar
en proceloso riachuelo.

Deja al gorrión visitar
Los prados de terciopelo,
Donde poder anidar.

Alegre compañero,
Deja al gorrión cantar
Torrentes de amor sobre su Duero.

Nota: quién pudiera visitar ese Duero

Monte de Venus, bodega de caldos

Poder pegado a ella descansar,
tras su monte de Venus besar,
donde el erotismo florece,
donde el amor nace,
donde Príapo se guarece,
para sus caldos guardar.
Es una gracia divina
poder levantarse aliviado.

Juego de palabras

Eres como una droga
que rehabilita mi sexo.
Tu cuerpo es mi droga
y tu sexo el antídoto.

Musa ladrona

Yace de nuevo, musa, a mi lado,
devuélveme los versos,
que me has robado.